Soy de los tuyos - La comunidad de Don Bosco
Mariana Occhiena
(servicio)
En 1824, Mariana entraba como criada de Don Laqua. Quería mucho a sus sobrinos e iba cada tanto a I Becchi a visitarlos. Narran las Memorias Biográficas que Mariana pidió al capellán que diera clase a Juan y él en atención a ella accedió a darle clases gratuitamente.
A la muerte de Don Laqua, Mariana va al Oratorio y se queda allí junto a su sobrino y su hermana trabajando por los jóvenes de Turín.
A partir de 1846, el Oratorio ya está en Valdocco. Don Bosco sufre una grave enfermedad pulmonar, debe dejar el oratorio y guardar reposo en casa de su madre en I Becchi. Su regreso no lo hace solo. Ante su pedido, Margarita parte con él. A los 58 años, Margarita realiza una nueva opción. Será el Oratorio donde Margarita entregará a ‘sus hijos oratorianos’ sus últimos diez años de vida. Dios le regala al Oratorio otras mujeres que siguen los pasos de Mamá Margarita, quienes dando su ‘sí’ ponen a disposición de los jóvenes de Don Bosco su ser mujer. Será con Mariana Occhiena, hermana de Margarita, Juana María Rúa, Juana María Magone, la mamá de Santiago Bellía y Margarita Gastaldi que el Oratorio asume una fisonomía y sensibilidad familiares más concretas y palpables”.
Es probable que algunos se pregunten: ¿Qué tareas desempeñaron esas mamás con Don Bosco? ‘preparaban a sus hijos la ropa limpia y la cama para un buen descanso, creaban en ellos hábitos de limpieza y orden como parte de su formación y cuidado. Una tarea humilde, pero sin dudas inestimable en el cauce del proceso educativo.
El nombre Mariana no aparece entre los nombres de los hijos de Melchor Marcos Occhiena, ni en ninguna otra parte del árbol genealógico de la familia. Pero ciertamente era el nombre, o apodo, por el que la hermana mayor de Margarita, Juana María, era conocida familiarmente.
¿Habrán sido para Mariana estos jóvenes necesitados de afecto, de contención, de amor maternal la forma en que Dios le ofreció para concretar su sentimiento profundo de maternidad?
Para Don Bosco, aquellos que lo acompañaron fueron piedra fundamental en el origen de lo que hoy podemos denominar nuestro carisma. Que al repasar anécdotas, encuentros y opciones históricas de estos personajes podamos reconocer aquellos dones y valores que hoy siguen vivos en cada uno de los que formamos parte de esta familia. En definitiva, esos nombres que nos antecedieron como educadores/ras, como ex alumnos/as, como familia salesiana, intentarán ser herramientas para seguir profundizando dimensiones tan propias de nuestra esencia como la escucha, la alegría, el acompañamiento, el servicio, la amistad, el compromiso social, la espiritualidad, la ternura y el cuidado. Dejémonos llevar por las historias, disfrutemos un rato de las opciones de otros/as tantas que en tiempos de don Bosco descubrieron una manera de estar entre los pibes. Reconozcamos esos valores que dieron origen al Sistema Preventivo en muchos de los que hoy, como comunidad del Santa, intentamos mantenerlo vivo día a día.