Soy de los tuyos - La comunidad de Don Bosco
Juan Calosso
(encuentro)
El primer encuentro entre Calosso y Juan se dio el 5 de noviembre de 1829 en el camino de Butigliera a Murialdo. Juan apenas regresaba de la casa Moglia.
“Una de aquellas tardes del mes de abril (noviembre), entre la gente que regresábamos, venía también un cierto Don Calosso, de Chieri, capellán del caserío de Murialdo. Era una persona muy piadosa y que, aunque un poco encorvada por los años, recorría ese largo trayecto del camino para ir a escuchar las prédicas de los misioneros...” (M.O. [9] y M.B. I, 177)
Don Juan Calosso nació en Chieri el 23 de enero de 1760. Hijo de Felipe Andrés y Ana María Bunis. Párroco de Bruino, en el área urbana de Turín, por 22 años. En 1813 permaneció un tiempo con su hermano Carlos Vicente en la parroquia de Berzano, en Buttigliera de Asti, Situada a tres kilómetros y medio de Castelnuovo y a algo más de cuatro kilómetros de I Becchi. Juan conoce aquí a Don Juan Melchor Calosso.
Desde el primer momento en que se encuentran, el sacerdote descubre en Juan un futuro promisorio y Juan, por su parte, “encuentra a alguien que se interesa por él en un momento en que se siente sin apoyo, sin seguridad para su futuro''. Con Mamá Margarita acuerdan que Juan recibirá clases todos los días, y que trabajará en el campo cuando sea necesario. (M.O.)
“Normalmente llegaba a casa con el libro bajo el brazo y con nostalgia lo dejaba en algún rincón para echar mano de las herramientas de trabajo en el campo, de tal manera que para hacer mis tareas escritas solamente disponía del tiempo de las comidas o la cena y de algún rato que por la noche le quitaba al descanso”. Aún así la tensión en la casa se dificulta, de tal manera que Juan pasa todo el tiempo con Don Calosso y sólo va a la casa para dormir.
Para Don Bosco, aquellos que lo acompañaron fueron piedra fundamental en el origen de lo que hoy podemos denominar nuestro carisma. Que al repasar anécdotas, encuentros y opciones históricas de estos personajes podamos reconocer aquellos dones y valores que hoy siguen vivos en cada uno de los que formamos parte de esta familia. En definitiva, esos nombres que nos antecedieron como educadores/ras, como ex alumnos/as, como familia salesiana, intentarán ser herramientas para seguir profundizando dimensiones tan propias de nuestra esencia como la escucha, la alegría, el acompañamiento, el servicio, la amistad, el compromiso social, la espiritualidad, la ternura y el cuidado. Dejémonos llevar por las historias, disfrutemos un rato de las opciones de otros/as tantas que en tiempos de don Bosco descubrieron una manera de estar entre los pibes. Reconozcamos esos valores que dieron origen al Sistema Preventivo en muchos de los que hoy, como comunidad del Santa, intentamos mantenerlo vivo día a día.